Comuneros, Villalar e identidad nacional

Ya apunta en el horizonte, ya aparece Villalar. Y año a año me convenzo más de que si los comuneros no hubieran sido castellanos se les celebraría en el mundo entero como símbolo de democracia e igualdad, y en la tierra que hubiera tenido el honor de parirlos, como la encarnación de la patria.

Pero this is Castilla y aquí preferimos, en general, hacer de menos todo lo nuestro.

Estudié en un colegio de Valladolid y en Historia de España me enseñaron que cuando se creó el Estado de las Comunidades en la transición, Castilla y León, ante la ausencia de referencias identitarias, proezas o mitos, tuvo que recurrir a una derrota por ser el único elemento de participación pseudonacional del que disponía.

Claro, en Castilla teníamos al Cid, pero a ese mito ya lo habíamos puesto al servicio de España.

En los libros de Historia del estado español se estudia la Guerra de las Comunidades como aquella que se libró contra un rey extranjero, aunque legítimo, que por no querer no quería ni aprender el castellano, y ya. Pero no nos enseñan la revolución comunera, que fue la primera revolución de la época moderna.

Y es verdad que la historiografía oficial ha discutido mucho, con más o menos fundamento, sobre las razones verdaderas que llevaron a aquellas gentes de Castilla a levantarse contra el poder fáctico. Pero no es menos verdad que cualquier pueblo siempre elegirá la versión más ventajosa para la construcción de su identidad, aun cuando ésta no sea cierta.

Con los comuneros ni siquiera discutimos el mito, debatimos la línea historiográfica. Podría decirse que ¡qué pueblo más riguroso el nuestro!

derrota Villalar

El caso es que siempre lo pienso, pero con la llegada de cada 23 de abril más me enrabieto. Porque la realidad es que en Castilla se libró, según las versiones historiográficas más modernas y rigurosas, la primera revolución de la historia moderna.

Los comuneros son las colectividades locales, pero también el común, el pueblo, lo opuesto a los privilegiados. Y es la encarnación del bien común, opuesto a los intereses personales y dinásticos del soberano.  La comunidad es revolución.

Pero cada 23 de abril seguimos hablando de que nuestro pueblo hunde sus raíces en una derrota. Que aun siéndolo, no deja de ser razón por la que sacar pecho y sentir orgullo.

Nos dicen que Castilla y León tuvo que inventarse un punto de referencia histórico para no quedarse atrás en el nuevo estado democrático nacido en la transición. Pero fue esa transición la que atestó el golpe definitivo. Se fragmentó definitivamente a Castilla en distintas comunidades autónomas, se minimizaron los hechos que confirmaban su unión y se relegaron a mediomito fundador de una de las partes. Porque todos sabemos que Padilla era de Paredes de Nava, por lo menos…

Desde entonces ya Castilla no se ha vuelto a levantar. Pero es que la Historia oficial nunca la han contado los que perdieron la testa en el cadalso.

Se utilizó Castilla para construir España. Con la ejecución no se perdían las cabezas de los líderes comuneros, sino la moral de un pueblo. Y cuando a los hijos de la LOGSE (y supongo que a los de otros planes de estudio) nos explican que Castilla tuvo que buscar su mito en unos perdedores, nos están desposeyendo del orgullo de haber nacido en la misma tierra de quienes protagonizaron la primera revolución moderna y nos están ocultando los verdaderos límites geográficos de una nación.

Castilla hizo a España y España deshizo a Castilla, dijo Sánchez-Albornoz. Fíjense qué extraña coincidencia la de esa Castilla y la de la España vacía de la que ahora tanto se habla.

Ya apunta en el horizonte, ya aparece Villalar, si los pinares ardieron aún nos queda el encinar.

mural Castilla despierta

4 Respuestas a “Comuneros, Villalar e identidad nacional

  1. Recuerda que también Cataluña nace de una derrota, que es lo que se celebra cada nueve de septiembre, pero a diferencia de nosotros, los castellanos, ellos están decididos a que se respete su identidad y rescatar sus constituciones.
    Si mal no recuerdo y mis maestros no me engañaron en aquella Castilla comunera, del pueblo, existía la figura del regidor y los concejos, verdadera democracia, pues nadie podía levantar su voz por encima de la de los demás, independientemente del rango social, así un labriego podía tener la preferencia sobre un noble o un clérigo si así lo decidía el regidor.
    Lo peor de todo es que a Castilla se la acusa, sin razón creo yo, de ser opresora de los demás pueblos de España, cuando, en realidad, es Castilla la única depauperada y oprimida.
    VIVA CASTILLA REPUBLICANA,LIBRE,COMUNERA Y SOCIALISTA

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  2. Si repasas las condiciones y el programa de Cromwell – la primera revolución burguesa triunfante- te sorprenderás de la similitudes con el de los Comuneros.
    Me ha encantado tu reflexión que comparto al 100 por 100.
    Poco tiene en común esa derrotada revolución burguesa con los acontecimientos en Catalunya de 1705.
    Tienes página en Facebook?. Me encantaría seguirte.
    La mía está bajo el nombre de Teresa Diciembre.
    Gracias por tus reflexiones.

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  3. Pingback: Poema de los comuneros | Virginia Hernández·

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